Es universalmente conocido que no todos los regalos tienen el mismo significado.

De hecho, hay dos tipos y para confirmar este es también el origen de las palabras. Indagando en los orígenes de las lenguas europeas, descubrimos incluso que existen diferentes términos para expresar la idea de un regalo en función de su finalidad final.

Los obsequios obligatorios

El verdadero significado de este tipo de obsequio es un gesto de sujeción a la persona a la que va destinado. Hay una palabra latina presente en muchos idiomas europeos que se traduce precisamente como real, precisamente para enfatizar este concepto.

Hacemos un regalo a las personas a las que queremos agradecer por lo que han hecho por nosotros, a quienes nos sentimos en deuda y a quienes tenemos una especie de devoción. Esta categoría incluye a menudo todos aquellos regalos que se hacen o reciben sin pensar en la personalidad de quienes tendrán que desenvolverlos. Muchas veces estos terminan siendo regalados o incluso se olvida al autor del gesto.

Regalos del corazón

Hay un término latino que expresa un concepto muy diferente al que acabamos de ilustrar y es donum, que significa "dar al otro". Este tipo de obsequio es un homenaje a la espontaneidad, un gesto de agradecimiento hacia la relación entre dos personas que enriquece la vida de ambos.

Básicamente son ellos quienes, cuando recibirlos, hacernos sentir especiales e importantes los unos para los otros. Son las que nos emocionan y nos llaman la atención precisamente porque han conseguido plasmar un aspecto de nosotros mismos.

Al abrirlas te da la sensación de que esa persona ha pensado en ti y te ha regalado un valor.

Estos regalos tienen un valor universal, no conocen crisis ni diferencias económicas

¿Por qué elegir regalar un cosmético?

No solo un regalo

Un cosmético no es un simple objeto. Al regalar un producto para el cuidado de la piel del rostro y del cuerpo, le estás dando a la persona que quieres un momento para cuidarse, para mimarse.