En otoño, nuestra piel se beneficia de los hermosos días soleados y las temperaturas suaves. Pero con la llegada del invierno, nuestro rostro puede estar extremadamente seco y requerir ser tratado con una crema nutritiva o hidratante.
¿Qué le pasa a nuestra piel con las bajas temperaturas?
El aire frío y seco de los ambientes cerrados disminuye la humedad necesaria para mantener la correcta hidratación de nuestra piel y las glándulas sebáceas producen menos sebo, disminuyendo así los nutrientes de nuestra piel (sobre todo del rostro y las manos que son las zonas más expuestas).
El sebo es una secreción muy importante para la piel porque ayuda a formar la película hidrolipídica de la epidermis que evita que el agua se evapore. La falta de agua y lípidos en la epidermis provoca una piel seca, agrietada y una molesta sensación de tirantez. Esto es especialmente cierto para pieles normales, básicamente secas, que necesitan una crema con más sustancias hidratantes y nutritivas.
Para proteger la piel del frío y devolverle su suavidad natural, es necesario utilizar la crema adecuada
La crema adecuada para hacer frente a las bajas temperaturas debe contener ingredientes hidratantes y nutritivos.
Las pieles secas pueden ser deficitarias tanto en agua como en lípidos, por ello para restablecer el normal equilibrio cutáneo es necesario intervenir utilizando una crema con principios de acción higroscópica (es decir, que absorben el agua presente en el ambiente circundante y la retienen a nivel de la piel), 'epidermis), y principios de naturaleza lipídica que tienen una función emoliente y nutritiva, además las sustancias grasas son indirectamente, también hidratantes.
Principios con acción higroscópica:
- Ácido hialurónico componente de la piel capaz de ligar un gran número de moléculas de agua y mantener la piel compacta.
- Glicerina hidratante y humectante con alta afinidad por el agua, es capaz de retenerla a nivel de la piel y contrarrestar su evaporación.
Principios de naturaleza lipídica:
- Manteca de Karité y Aceite de Oliva. Ambos contienen ácidos grasos (como los ácidos linoleico, oleico y esteárico) y un alto porcentaje de fracción insaponificable. Esto los convierte en ingredientes naturales perfectos para formulaciones dedicadas a pieles deshidratadas gracias a su acción emoliente, nutritiva, protectora y calmante.
- El Aceite de Almendras Dulces es un aceite natural rico en vitaminas y minerales con propiedades altamente emolientes y nutritivas. Insertado en cremas para el cuerpo, es capaz de proteger la piel seca y volverla aterciopelada.
- La vitamina E es una vitamina liposoluble, sin duda conocida por sus propiedades antioxidantes porque frena la acción de los radicales libres, pero introducida en cremas dedicadas a la piel seca porque actúa contra la deshidratación. Crea una capa protectora en la superficie de la piel al reducir la pérdida de agua. Favorece la renovación de la epidermis, por lo que es adecuado para pieles secas que necesitan protección.
No es sólo el frío del invierno el que reseca la piel... La piel puede resecar mucho incluso después de tomar ciertos medicamentos (como los diuréticos), con la edad avanzada o con lavados frecuentes y con detergentes inadecuados. También puede ser un problema genético.
En cualquier caso, la piel seca debe hidratarse y nutrirse cada día con cremas encaminadas a evitar que la situación empeore. De hecho, si inicialmente la piel es 'simplemente' áspera, en ausencia de un tratamiento cosmético adecuado se vuelve muy seca y se agrieta, provocando picores más o menos intensos y también se pueden formar cortes.