Sabemos desde hace tiempo que el chocolate reduce las hormonas del estrés y estimula la producción de neurotransmisores del buen humor. A lo largo de los años, de hecho, el chocolate negro ha sido objeto de numerosos estudios y se ha demostrado que gracias al alto contenido de antioxidantes -y flavanoles- tiene efectos beneficiosos para la salud, ya que previene enfermedades cardiovasculares.
¡Lo que probablemente no sabíamos aún es que el chocolate también puede resultar un aliado para nuestra belleza!
Consumir chocolate negro de forma habitual es bueno para nuestra piel ya que contiene sales minerales como el cobre, el hierro y el zinc, que favorecen la regeneración celular y protegen la piel de los dañinos rayos UV actuando como fotoprotector. Además, al reducir el contenido de hormonas del estrés, el chocolate hará que el rostro esté más sereno, reduciendo la descomposición del colágeno y la formación de arrugas.
El chocolate ayuda a que la piel se mantenga suave, bien hidratada, bien nutrida, brillante, flexible y más suave al tacto. En definitiva, el chocolate negro es un excelente aliado para nuestra piel, garantiza la regeneración celular y retrasa el envejecimiento de los tejidos, gracias a los minerales que contiene.
¡Siempre si se consume con moderación y siempre que sea ultra oscuro!
El chocolate, gracias a su contenido en antioxidantes, puede ayudar a combatir los radicales libres que dañan las células de la epidermis.
Entonces, ¡disipemos el mito que considera al chocolate como un enemigo de la figura, portador de granitos e imperfecciones!
Realmente gracias a sus propiedades beneficiosas sabemos que ayuda a mejorar la salud del cuerpo y la mente.